Algunas empresas trabajan codo con codo con los laboratorios de investigación de las universidades y participan activamente en ferias de empleo para encontrar nuevos talentos competentes. También colaboran con universidades para que desarrollen e impartan programas de formación adaptados a las necesidades del personal.

Por ejemplo, recientemente MIT Professional Education lanzó un programa de formación desarrollado conjuntamente con una de las empresas internacionales más importantes que, a través de unas sesiones virtuales en directo, proporciona a los ingenieros unos conocimientos y una formación de vanguardia. Los programas incluyen la posibilidad de interactuar con profesores de MIT, materiales de autoaprendizaje y oportunidades para colaborar fuera del aula mediante foros interactivos online. Las empresas se ponen manos a la obra para resolver problemas reales y quienes completan el programa con éxito reciben un certificado expedido por parte de la organización y MIT Professional Education.

Toda compañía que logre enviar candidatos al campus de MIT puede participar en una clase personalizada o asistir a una serie de cursos. Por ejemplo, MIT Professional Education ofrece programas de Certificado Profesional que las empresas pueden utilizar para asegurarse de que todos en el departamento tienen los mismos conocimientos básicos en un área determinada, por ejemplo los programas de Biotechnology & Life Sciences o de Machine Learning & Artificial Intelligence.

Mejorar la capacitación laboral ha pasado a ser un elemento fundamental para la supervivencia de las empresas. Las empresas deben mantener a su personal al día a medida que evoluciona la demanda de aptitudes y tiene sentido que recurran para ello a la educación superior.

En MIT Professional Education, una gran mayoría de las personas que asisten a nuestros cursos ya llevan trabajando diez años o más. Estos profesionales necesitan formarse porque pueden carecer de un bagaje en tecnologías emergentes como blockchain e IA; algunas de estas áreas sencillamente no existían cuando estudiaban la carrera. Sin embargo, incluso los estudiantes recién graduados necesitan cursos de actualización cada dos o cinco años. El ritmo creciente de la innovación combinado con un mercado global y altamente competitivo implican que hablamos de una carrera por la adaptación, la supervivencia y el éxito.

No hay un criterio universal. En MIT Professional Education seguimos colaborando con empresas para crear programas personalizados y nos aseguramos de seleccionar a profesores que tengan sus propias compañías u ofrezcan asesoramiento, de manera que puedan aportar conocimientos reales sobre la fuerza de trabajo.

En un futuro preveo que habrá cada vez más diversidad en cuanto a los participantes. En la actualidad, ya se matricula gente de todo el mundo que procede de diversos sectores industriales. Cada vez es más frecuente que no solo sea el personal de TI o los ingenieros quienes busquen formación en tecnologías emergentes, sino también profesionales de la banca y las finanzas, consultores, profesionales del sector sanitario o educativo o de telecomunicaciones.

También preveo un cambio en cómo reciben las organizaciones la formación profesional. Por ejemplo, recientemente lanzamos nuestros Digital Plus Programs, que ofrecen formación colaborativa online a través una serie de cursos prácticos al estilo boot-camp. Este tipo de programas difieren totalmente de las clases online tradicionales pasivas en las que los estudiantes se conectaban y aprendían por su cuenta. Obviamente, las empresas se están percatando del incalculable valor que tiene invertir en programas que aporten conocimientos especializados y permitan que equipos globales se reúnan y aprendan unos de otros tanto online como en persona.

Fuente: AiThority