Liderazgo femenino vs liderazgo masculino: el éxito está en el balance

Cuando hablamos de cualidades humanas, no podemos apresurarnos a establecer conclusiones absolutas. No existe tal cosa como la superioridad del liderazgo femenino o del masculino, pero nos inclinamos, cada vez más, a encontrar las ventajas que surgen con el equilibrio, bien sea por la repartición de tareas entre diferentes géneros o porque existen individuos que logran incorporar fortalezas de diferentes estilos de liderazgo.

A grandes rasgos, numerosos estudios indican que el liderazgo femenino suele estar más orientado a personas (en lo social, participativo y transformacional), mientras que el liderazgo masculino suele estar más orientado a objetivos (competitividad, autoridad, resultados).

Estas son las líneas generales y no quiere decir que exista una regla que describa todos los casos, pero tomaremos esta tendencia para descubrir que, en realidad, apuntamos al éxito como líder cuando conseguimos el balance entre nuestras habilidades, para alcanzar un estilo que muchos autores denominan como “liderazgo andrógino”.

Aumenta la necesidad del liderazgo femenino

De acuerdo con la investigación Women in Business, de Grant Thornton, el porcentaje de mujeres en puestos de mando subió de 31 % al 32 % en 2022 y la tendencia parece seguir aumentando, sobre todo, a raíz de la pandemia de 2020.

En el último año, las empresas medianas están dando el paso a modelar el entorno laboral hacia la inclusividad y, en este proceso, le han abierto las puertas al talento femenino. Este parece ser un nuevo requisito indispensable que proviene de las mismas exigencias de los clientes y empleados en la actualidad, cuando las organizaciones quieren hacer mejoras, sobre todo, en el ambiente laboral y la colaboración dentro de un equipo.

Y si evaluamos los beneficios, ¿qué tipo de ventajas tiene el liderazgo femenino?

Aunque cada organización debe poder encontrar un balance en su estructura de liderazgo. A continuación, destacamos una lista de 9 beneficios que se asocian al liderazgo femenino:

1. Diversidad:
   Desde el contexto actual, la diversidad no solo aporta beneficios por la unión de perspectivas distintas en un entorno laboral, sino que es considerada una exigencia de clientes y empleados.
2. Empatía:
   Aunque estamos hablando de una generalización, se ha comprobado que las mujeres suelen tener habilidades sociales y emocionales más desarrolladas que los hombres, por lo que el liderazgo femenino suele favorecer el bienestar general dentro de una organización.
3. Trabajo en equipo:
   Las mujeres tienden a ser más colaborativas y esta aptitud lleva a mejorar la cohesión en el grupo y la eficacia en el trabajo.
4. Motivación:
   Debido a las habilidades sociales, las mujeres en puestos de liderazgo suelen motivar mejor a su equipo a través de la comunicación y la implicación en las necesidades de su organización.
5. Mejor gestión del tiempo:
   Las mujeres suelen ser más eficientes en organización y gestión del tiempo, lo que suele mejorar la planificación con base en plazos establecidos.
6. Mayor resiliencia:
   Las mujeres a menudo se enfrentan a barreras y obstáculos en su carrera, lo que les ha dado una mayor capacidad para superar los desafíos y ser resilientes frente a los distintos desafíos.
7. Mejor capacidad de adaptación:
   Las mujeres tienen una mayor capacidad de adaptación y flexibilidad, lo que puede ser una ventaja en situaciones de cambio o incertidumbre.
8. Mayor capacidad para establecer relaciones:
   Las mujeres suelen ser más hábiles para establecer relaciones y construir redes de contactos, lo que puede ser beneficioso para el crecimiento y expansión de la empresa.
9. Mejor capacidad para delegar:
   Las mujeres tienen mayor tendencia a delegar y a permitir que otros miembros del equipo asuman responsabilidades, lo que puede ser beneficioso para el crecimiento y el desarrollo de los empleados a su cargo.

Ahora pensemos en los desafíos

Aunque hemos evaluado los beneficios del liderazgo femenino en las organizaciones y del equilibrio que debe existir con el masculino. Lo cierto es que numerosas mujeres cualificadas se enfrentan a grandes dificultades, a lo largo de su vida, para alcanzar puestos de liderazgo, bien sea porque tradicionalmente no se ven a sí mismas en estos cargos o porque su entorno no favorece las condiciones para el ascenso.

Entre los desafíos más comunes podemos mencionar que las mujeres suelen tener oportunidades limitadas para avanzar a nivel profesional: reciben pagos desiguales, son víctimas de acoso sexual por motivos de género, tienen dificultades para conseguir patrocinadores o mentores y se enfrentan a los mismos retos del sesgo inconsciente (tanto propio como del entorno).

Por fortuna, poco a poco se están eliminando los estereotipos que solamente posicionan a los hombres en el rol de líder y es dentro de esta transición hacia el equilibrio que las mujeres deben poseer todas las herramientas para superar los desafíos con éxito.

Un programa online para reivindicar a la mujer en un puesto de liderazgo

En vista de esta problemática mundial, MIT Professional Education desarrolló el programa online: Mujeres en Liderazgo: Sé un Agente de Cambio, para dotar a las mujeres de herramientas avanzadas para liderar una organización con éxito, resolver desafíos e imprevistos y guiar a un equipo de trabajo hacia la integración, innovación y logro de objetivos.

Este programa cuenta con la asesoría y colaboración de Dr. David Niño, Prof. Edward Schiappa, Dr. Kara Blackburn, Prof. Kerri Cahoy, Prof. Kristala L. Jones Prather y Prof. Deborah L. Ancona.

Si deseas obtener más información, puedes visitar la página web:

Mujeres en Liderazgo: Sé un Agente de Cambio