La lenta digitalización de los despachos
En los últimos años, la sociedad, las empresas y algunos organismos públicos han experimentado una revolución digital sin precedentes. Sin embargo, los despachos de abogados, tradicionalmente analógicos, se han mantenido al margen de esta oleada transformadora. A pesar del papel catalizador de la pandemia, la digitalización de los despachos no se ha producido. Los avances introducidos se circunscriben en dos ámbitos: la comunicación remota (videollamadas) y a un incremento del trabajo en la nube.
Si la digitalización fuese un examen, el sector de la abogacía lo habría aprobado… por poco. Según el informe ‘Radiografía de la transformación digital en los despachos’, elaborado por el diario El Confidencial y la consultora Alterwork, el nivel promedio de madurez digital de los despachos es de un raquítico 5,1 (sobre 10). Muy lejos, por tanto, de una verdadera transformación y de unos clientes que exigen un servicio con altos niveles de calidad, de atención constante y que sea rápido.
El informe, elaborado tras un análisis de medio millar de firmas españolas pero que sirve como termómetro de la situación del sector en su conjunto, destaca que el tamaño del despacho no es un factor determinante en ninguna de las dimensiones estudiadas –presencia digital, innovación, experiencia de cliente, procesos, modelo de negocio, tecnología y cultura y liderazgo–, pero que sí existen diferencias a favor de los despachos ubicados en grandes capitales como Madrid o Barcelona…
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